Salones en tono tierra y rosa

Con una amplia zona de estar y un escritorio en el mirador, este salón se viste de gris y beige para dar luz a toda la estancia. Las flores y los detalles en rosa aportan el toque femenino.

Algunos colores transmiten, por sí solos, una inigualable sensación de calidez. 

“Son capaces de dar alegría a una lluviosa tarde de invierno –cuenta la estilista Isabel Flores, autora de la decoración de este salón–, igual que un ramo de flores puede convertir un ambiente apagado en un espacio lleno de vida y color”.

Flores y colores.

Son los dos elementos con los que Isabel ha transformado este salón, equipado con muebles clásicos y otros vintage, una combinación muy chic. “Me encanta mezclar piezas de diferentes estilos, que pueden encajar muy bien si se eligen en los mismos colores. En este salón, opté por un tono crudo y ligeramente desgastado” que le da un aire muy vivido, potencia su luminosidad y le da calidez de cara a la llegada del frío. 
[post_ad]La alegría viene de la mano de los complementos en tono rosa maquillaje, “uno de los colores estrella de la temporada, femenino, romántico y optimista“, ideal para vestir el salón en esta época del año en que los días se acortan y la luz se apaga. De ese color se escogió la gran alfombra del estar, “combina muy bien con el maravilloso suelo de madera, original de la casa, que se dejó al natural y se impermeabilizó con un tratamiento al aceite”, añade Isabel.

El mirador, la zona con más luz natural del salón, se aprovechó para crear un rincón “privado” donde leer o escribir. Con un escritorio y una silla en tonos a juego con el resto del mobiliario, en él las flores nunca faltan. Orquídeas, peonías y ramas de frutales en flor son fantásticas fuentes de inspiración.

Detalles exquisitos

Plantas y flores. “No pueden faltar. Yo he escogido plantas verdes como los bonsáis y flores en rosa y fucsia, como la orquídea y las ramas de prunus, a juego con los textiles”. Todas las plantas son de Fronda.